Juana es el mejor ser humana que conozco. Es una monja devota, una hermana comprometida a sus hermanos, una tia cariñosa y maestra compasiva para miles de alumnos, los cuales ella ama como sus propios niños. Juana hace todo con amor. Ella promueva la salud, usando buena comida y la risa como medicina.
Mi tía Jane me inspiró hacia el bienestar y la sanación a una edad muy temprana. Me enseño que las enfermedades físicas pueden curarse con métodos naturales y no tóxicos como la manipulación estratégica del cuerpo. Esto me inspiró a buscar más formas de eliminar el sufrimiento. Jane inventó un sistema de sanación donde ella “toca el piano” en la espalda de una persona cuyo estrés desaparecia al instante.